La casa española. (Priv. Antonio)

Las caricias que me había repartido antes Romano, me habían parecido de lo mas tiernas, parecía ansioso... la pasión poco a poco se sentía mas en la habitación. El calor era mas que presente, nos devoraba a ambos, por lo que me deshice de mi camisa rápidamente aun quedando con el pantalón para volver a los brazos de Romano

Solo un poco esta bien

Le decía sonriéndole mientras le acariciaba su mejilla delicadamente, y con la otra mano trazando mis dedos por todo su torso

Dios... me estoy enamorando, de alguien que no conozco bien, que hace unas horas lo hice mi amigo, y ahora... bueno, no puedo explicarlo bien. Bese su mejilla para poder pasar a sus finos labios rosados, pose los míos, el tacto era exquisito, pero el italiano había abierto su boca para permitir que pasara,a jugar un rato con el~ el toque con su lengua... explorar toda esa cavidad, magnifico, le abrace con aun mas fuerza para que el contacto fuera mayor... una danza comenzó adentro de el, una batalla por dominancia, en la cual había ganado... hasta llegar al punto de no poder respirar, era necesario separarnos ya.

Eres bastante bueno~

Le decía mientras un hilio de saliva salia de nuestras bocas, le volví a besar apasionadamente mientras mis manos bajaban un poquito mas~

le deje de besar para poder inspeccionar(?) minuciosamente el cuerpo del italiano; Su oído, su cuello, su pecho, cada uno de esos puntos los quería descubrir... mi cuerpo me decía que fuera por lo que fuera... pero mi cerebro y mi corazón me decían que, dedicara tiempo especial en cada parte de Romano.

Se siente bien~?

Le preguntaba susurrándole en el oído a Lovino antes de morderle suavemente la oreja y con mi otra mano acariciaba su cabello y el mechón que sobresalía de su cabeza

Wow... Lovino, es muy fogoso sonreí para mi mismo, parecía que estaba ansioso de poder sentir mas, los besos en mi cuello... eran deliciosamente tentadores, sacándome pequeños gemidos de mi boca, quiero seguir... pero si no me suelta no podremos avanzar, pero aun así el estar abrazado con el era dichoso, el tenerlo entre mis brazos y sentir el calor de nuestros cuerpos. Le abrace con muchas mas fuerzas recordé lo que había pasado hace unas horas... quien diría que un plazo corto de tiempo ya me había enamorado de esa manera, habrá sido amor a primera vista y no lo había notado? quizás... eso era.

Me gustas mucho Lovino~

Le decía susurrado a su oído, solo quería que el lo escuchara. Caricia, beso, gemido... todo, todo lo daré por el... Me gusta mucho. Me solté de sus brazos para poder bajar un poco mas, y entre un camino de besos llegue hasta su cuello níveo y terso pero sin dejarlo de besar, eran mas profundos para dejarle pequeñas marcas en el...

Esas palabras... "me gustas mucho" significaban mucho para mi, nos gustábamos recíprocamente, era algo que me atormentaba, saber si solo lo hacia conmigo para sacarse las ganas o porque lo sentía.

Me hace muy feliz escucharlo.

Seguí con mi recorrido de besos hasta su pecho, sus pezones se encontraban totalmente erectos.

Tienes bastante sensibilidad~ mira como los tienes, son muy bonitos.

Le decía con un tono de voz juguetón comenzando a jugar con mi mano uno de esos rosados botoncitos, que me parecían tan adorables.

Eres muy lindo~

Los gemidos del castaño eran música para mis oídos, se notaba que lo disfrutaba y mucho~ pase mis labios por uno de esos botoncitos, besándolo y degustándolo lentamente, con mi lengua jugando con el, y con otra mano, jugando con el otro pezón.

Te gusta?

Le decía mirándole a los ojos, Lovino estaba completamente sonrojado... tiene un bonito color... rojo como la pasión... como el amor.

Lovino... me gustas mucho, siento que me enloquezco contigo.

Pasión, pasión era la palabra perfecta para describir al moreno que se sentía al punto del éxtasis al solo complacer a su ahora amante

Tan~ pero tan~ lindo... solo tenia ojos para aquel con el que estaba, era la primera vez que me sentía de esa manera. La pasión tomo mi cuerpo, yo... ya no era yo. Era un amante haciendo que su pareja se sintiera hasta el embeleso. Su cuerpo no tenia idea el porque, pero sentía que ya lo conocía, al igual que su inigualable aroma y la calidez de su cuerpo. Pareciere que el destino nos hubiera unido, eramos el uno para el otro. Sentía un sentimiento que no había experimentado en mis otras veces... era mas... divino, baje hasta su vientre besando delicadamente cada pequeña parte de ese lugar y con mis manos remarcando la hermosa cintura del castaño. La toalla que tenia puesta el italiano seguía allí por lo que decidí quitarla, me parecía molesta.

Mira como estas~ parece que mis caricias dieron resultado

Le decía sonriendo antes de rozar uno de mis dedos en la punta del ingle del italiano

No te tapes

Le decía mientras le quitaba su mano, y besársela como un caballero a una damisela, era mi consorte ahora. En mi mente pasaba una y otra vez lo hermoso que el es, lo suave de su piel, el hermoso color que ahora el tenia y lo excitado que se sentía al escuchar los gemidos del italiano, era música para mis oídos, roce mis dedos con el vientre del castaniio hasta llegar hasta su ingle que se encontraba de lo mas ergido.

Que se siente aqui Romano~ te molesta? puedo ayudarte con este lugar en especial~

Le decia completamente ronco y con una sonrisa picara, tome el ingle del Italiano con mi mano y empece suavemente a masajear.

Sus gemidos era música para mis oídos, ademas del espasmos que al parecer acaba de tener. Le deje de estimular... una mejor idea se me acababa de ocurrir, le bese su vientre y llegue hasta ese lugar con mis labios, empezando a jugar con su ingle y mi lengua.

Estas muy duro... quiero saber que sabor tienes...

Le decía sonriendole, abriéndole un poco las piernas para poder acomodarse mejor

Termine enguniiendo su entrepierna, el miembro de Romano no era tan grande, pero tenia su presencia, tuve la maxima precaucion de no lastimarlo con mis dientes, para empezar un vaiven, no me importaba lo que estaba asiendo, de hecho, era algo que me excitaba tanto como excitaba a Romano, los gemidos de Romano se hacian cada vez mas sonoros, resoban por toda la habitacion, hasta sentir que llegaba a su momento, aunque no le deje de masturbarlo, queria todo de el, hasta el minimo.

Me retire de Romano con su "semilla" aun en mu boca, ya no tenia muchas mas opciones por lo que termine tragandomela, pase mi lengua por encima de mis labios verificando si no tenia rastros del ese liquido y con mi mano limpiandome, todavia tenia algunos restos, lami libidinosamente mis dedos para quitar los restos.

Lo sabia~ eres delicioso

Le decia sonriendole, antes de besarle en los labios, queria que supiera cual era su propio sabor. Mi pantalon ya solo era un estorbo por lo que me levante a quitarmelo para solo quedar en mis boxers.

Me golpeo justo en la mejilla, dolió... pero, se notaba que Romano lo hizo por lo avergonzado que estaba... me había pasado de desvergonzado. Le bese en la mejilla.

Tu tienes la culpa de ello, ahora... hazte cargo de ello

Le decía volviendole a besar en la mejilla, parecía que a Romano no le había agradado el beso en los labios por lo de su "semilla". Mis boxers ya eran también otro molesto problema por lo que decidí quitármelos por completo, así nos encontrábamos los dos, como Dios nos entrego en al mundo en el ahora paraíso nuestro a punto de probar el fruto prohibido. Comence a lamer mis dedos, si lo haces a la ligera en vez de disfrutarlo saldria lastimado.

Se volteo y me dejo con un hermosa vista de su parte posterior, manosee un poco hasta llegar a "ese" lugar con uno de mis dedos, para tratar de dilatar ese pequeniio espacio, mientras que con la otra mano, seguia dandole tratos especiales~ a la entrepierna de Romano.

Sere gentil, te lo prometo.

Le decia mientras le besaba en la espalda.