Y todo se origino en corea(?) [Priv. Yong]

Viernes, dejo su maletín en la entrada del departamento observando su hogar, suspiro. Su primer fin de semana, de verdad que nada tendría que hacer que su tranquila vida fuera derrumbada. Aunque tranquila no tenía de nada en lo absoluto ya que después de todo vestirse con trajecito de sirvienta llamando a ‘’amo’’ o ‘’ama’’ a quien le tocara por atender no era para nada en lo absoluto tranquilo, era ya un circulo vicioso que trataba de ir de la universidad al Maid, y de ahí a su casa. Prácticamente no tenia vida social pero eso no le importaba ya que gustaba después de todo estar solo pero ese día cambiara por completo su ‘’soledad’’. El japonés tenía algunos amigos pero tampoco es que estuviera siempre con ellos, cuando se iba del Maid llegaba a su departamento, se sentía completamente solo, al menos tenía a Pochi y Tama. Aquel viernes decidió trasnocharse jugando hasta el amanecer Residen Evil, seguido a eso se quedo dormido vencido por el sueño.

A la mañana salió a dar un recorrido en su bicicleta con los audífonos en sus oídos escuchando una banda visual de su país que le encantaba. Observaba con curiosidad a las personas como siempre. Llego al mercado a comprar unos vivires, pago, y los coloco en su bolso. Se monto en su bicicleta, en un momento se sumergió en sus pensamientos recordando ciertos momentos pasados que detestaba que no se percato cuando choco contra un chico llevándoselo por delante. Hechos así te cambian la vida… Ahora en su departamento estaba aquel joven en su sofá, inconciente(?) No tenía ningún daño pero tampoco lo iba dejar solo. Ni sabía por qué lo hizo, solo esperaba no arrepentirse.

El japonés se encontraba parado en un rincón con una taza de té en sus manos, bebiendo de a sorbos y enarcando las cejas con cierto interes. Era extraño, no tenía identificación ni nada por el estilo. Al menos trabajaría en la noche por lo que no tenía prisas y los deberes del la universidad estaban realizados perfectamente, suspiro. Observo que este tenía un maletín de viaje ¿acaso es turista?... Quien sabe...

-que estoy haciendo, no es mi problema- susurro bebiendo un poco más.

Hacia poco tiempo que había llegado a Japón. Yong amaba viajar, aunque debió de dejar cosas atrás, esa era la única consecuencia, además, era tiempo para que comenzase a valerse por si mismo.

Andaba tranquilamente con su equipaje, buscando algún lugar donde quedarse. Aunque debería estarlo haciendo, no prestaba ni la mas mínima atención a donde se podía quedar, ya que estaba muy distraído viendo todo lo bueno que tenía Japón.

Así fue como pasaron los minutos y encontró un negocio muy peculiar que le llamó mucho la atención, por no decir que toda. Este tenía todas las cosas que mas le gustaban a Yong, y algo en específico: Videojuegos. Sin siquiera pensarlo dos veces entró y se quedó observando los que se encontraban ahí. La mayoría ya los tenía, pero se compro el Lineage III para tener una copia del que ya tenía. Al salir de la tienda no prestaba atención a nada, es mas, estaba estupidizado pensando en cuando iba a jugar al Lineage. Siguió caminando con una sonrisa de oreja a oreja hasta que al darse cuenta una bicicleta estaba a su costado, pero fue muy tarde para que la esquivara. Hoy al fin y al cabo no es mi día.... Fue el último pensamiento que le paso por la cabeza.

Pasaron los minutos y sentía como volvía en sí. Aún no abría los ojos, trataba de recordar que había ocurrido hasta que todas las imágenes se le vinieron a la cabeza. Con que eso fue lo que me ocurrió da ze... Lentamente comenzó a abrir sus ojos y a sentarse, aunque seguía sintiéndose medio mareado. Cerró los ojos un momento y volvió a abrirlos cuando dejo de estar mareado y examinó la habitación. No se le era familiar y entonces enfoco la vista en la única persona que se encontraba allí. Era un chico de unos 19 años aproximadamente, pelinegro y de contextura chica. Era un japonés de eso estaba seguro(?). Sonrió levemente antes de decir algo.- Annyeonghaseyo, donde estoy da ze?-preguntó simplemente aun con la sonrisa.

No encontraba que más hacer, sólo decidí quedarme parado frente a él esperando a que reaccionará. Me tenía algo preocupado. No puedo negarlo. Pero ya me había percatado y este no se encontraba herido, solo estaba inconciente. Se rasqué el cuello, aún no despertaba. Bebí otro sorbo sin apartar la vista de él. Ahora que lo pensaba, era la primera vez que alguien pisa mi casa. Respire ondo. Como si tuviera tantas amistades.
Justo en el momento que susurre esas palabras noté como el chico al cual había atropellado y traído a mi hogar comenzaba a tomar consciencia. Suspire aliviado dejando la taza de té en una mesita cercana para después irme a acercar hasta donde lo había dejado. En mi sofa.

-Buenos días... - dije en voz baja observando con la seriedad que me caracteriza la manera como él estaba. Sonriente. Eso me dió curiosidad pero ya habría tiempo para conocerlo. Después de todo era un extraño, si, un extraño al cual atropelle. Hice una reverencia para disculparme- etto... susurre, estaba apenado por lo que había hecho por supuesto -le ofrezco una disculpa de mi parte, vera, me lo he llevado por delante a usted cuando venía de comprar algunos vívires en mi bicicleta-

Después de la disculpa, mantuve mi reverencia -ante todo, soy Honda Kiku. Es un placer- me presente, y volvi a mi posición original. No encontraba que más hacer, ya me disculpe y me presente. ¿Y ahora que más debería hacer? -¿se le ofrece algo?- le pregunte, el joven que ahora que me percataba tenía un curioso rulo se encontraba en mi casa por lo que, después de casi dejarlo herido, al menos debería buscar una forma de recompensar lo que le he hecho. Además que no olvidaba el hecho de - disculpe, ¿es usted acaso un turista?- pregunte observando el maletin que traía el asiático consigo cuando me lo lleve por delante.